Hace tiempo que tengo abandonadas las páginas de este blog. No siempre las musas están de nuestra parte o no siempre tenemos cosas interesantes que contar. Han pasado bastantes acontecimientos desde la última vez que nos vimos, pero la mayoría de ellos no merece la pena ser contados. Aquí sigo, en la capital del mundo, aún adaptándome y haciéndome a la idea de que realmente estoy aquí. Creciendo como persona como nunca antes lo había hecho. Estar lejos de mi gente en ocasiones se hace difícil, pero también se que cada vez tengo más gente con la que puedo contar aquí. Días buenos y alguno malo también, pero con el ánimo bien arriba y la fuerza necesaria para seguir adelante. Lo que tengo claro es que aún me queda mucho por hacer aquí.
Pasan cosas diferentes todos los días, de pronto te sale la que parece la mejor oportunidad que has tenido en todo este tiempo y al segundo se vuelve la peor de todas. Pero pasas página y sigues adelante. Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte. Me siento muy fuerte ahora mismo. A veces solo consiste en tirar los dados y que el número que salga coincida con el número de casillas que necesitas para llegar al final del tablero. La mayoría de las veces necesitas más de un lanzamiento para llegar a la meta. Sigo lanzando. No tengo prisa para terminar la partida.
En Nueva York, no puedes hacer planes o decir “hoy me quedo en casa a descansar”. La palabra descansar en esta ciudad no forma parte del vocabulario. Hay tantas cosas que hacer, que quedarte en casa es prácticamente impensable. Sacarte las castañas del fuego, paseo por Central Park o ir a caminar por las calles de Soho. Tomar algo con amigos o conocer al amigo del primo de aquella chica que te presentó aquel alguien. Nueva York no para, y si quieres aguantar, tienes que seguirle el ritmo. Tirar la toalla no es una opción aunque a veces sea lo que más te apetece.
Cuando ya llevas un tiempo en esta ciudad sucede algo. Algo que creo que muchos de los que lees este blog entenderéis. Resulta que cuando ya te denominas como “newyorkino” hay bastantes cosas que se vuelven comunes en la gente. Lugares que amas cada día más y lugares que comienzan a ser una pesadilla en tu día a día.
Al llegar a esta ciudad uno de los primeros sitios que quieres visitar es Time Square… Lo nombro y se me pone la piel de gallina. Todas esas luces y publicidades enormes que lo invaden. Te puedes pasar horas allí parado mirando las pantallas y sin poder cerrar la boca de lo sorprendido que te encuentras. Solo quien lo ha visto sabe exactamente a que me refiero. Como cada rincón de Nueva York, Times Square está lleno de secretos. Un dato curioso es que el anuncio de Coca Cola, que fue instalado por primera vez en 1907, es el más barato de todos los que hay debido a un antiguo contrato, con un coste anual de 1 millón de dólares. Pasan los meses, cada vez pasas menos por la zona y de repente, sin darte cuenta, se vuelve el peor lugar de la ciudad para ti. “Está lleno de turistas” es la frase estrella que lo define entre la gente que vivimos aquí. Curioso, ya que no hace tanto, nosotros formábamos parte de esa frase también. Más de 400 mil peatones pasan por allí cada día. ¡Es una locura! Sin duda es un lugar maravilloso y lleno de vida, y te encanta y sigues pensando que es uno de los mejores lugares del mundo, pero a su vez lo odias. Lo odias mucho. No puedes caminar sin chocarte con alguien cada dos pasos, y la gente que allí sueles encontrar no lleva el ritmo de la ciudad. Sin duda, cuando vives aquí intentas evitar pasar por allí a toda costa.
Por otro lado, todo el mundo tiene un lugar o punto de escape a esa locura… Algunos escapan a parques buscando el silencio, mientras que otros se esconden en rincones de la ciudad.
Yo por supuesto tengo mi lugar favorito.
Pero esa es otra historia…
……..
It’s been a while since I’ve neglected the pages of this blog. The muses aren’t always on our side, or we don’t always have interesting things to say. Quite a few things have happened since we last met, but most of them aren’t worth mentioning. Here I am, still in the capital of the world, still adapting and getting used to the idea that I’m really here. Growing as a person like I’ve never done before. Being away from my people sometimes makes things difficult, but I also know that I have more and more people here whom I can rely on. Some good days and a few bad ones too, but with high spirits and the necessary strength to keep going because what I do know is that I still have a lot to do here.
Different things happen every day; suddenly what seems like the best opportunity you’ve had in all this time turns into the worst one in a second. But you turn the page and move on. They say what doesn’t kill you makes you stronger. I feel very strong right now. Sometimes it’s just about rolling the dice and hoping the number that comes up matches the number of squares you need to reach the end of the board. Most of the time, you need more than one roll to reach the goal. I keep rolling. I’m in no hurry to finish the game.
In New York, you can’t make plans or say, «Today I’ll stay home to rest.» The word «rest» in this city is not part of the vocabulary. There are so many things to do that staying at home is practically unthinkable. Walking through Central Park or strolling through the streets of Soho. Grabbing a drink with friends or meeting the friend of the cousin of that girl who introduced you to someone. New York never stops, and if you want to keep up, you have to keep pace. Throwing in the towel is not an option even though sometimes it’s what you feel like doing the most.
When you’ve been in this city for a while, something happens. I think many of you who read this blog will agree with me. It turns out that when you already consider yourself a «New Yorker,» there are quite a few things that become common among people. Places you love more every day and places that start to become a nightmare in your daily life.
Upon arrival in this city, one of the first places you want to visit is Times Square… I mention it, and I get goose bumps. All those lights and huge advertisements that invade it. You can spend hours there standing and staring at the screens, unable to close your mouth from how amazed you are. Only those who have seen it know exactly what I’m talking about. Like every corner of New York, Times Square is full of secrets. A curious fact is that the Coca-Cola advertisement, which was first installed in1907, is the cheapest of all due to an old contract, with an annual cost of 1 million dollars. Months go by, you spend less and less time in the area, and suddenly, without realizing it, it becomes the worst place in the city for you. «It’s full of tourists» is the star phrase that defines it among the people who live here. Curious, since not long ago, we were part of that phrase too. More than 400,000 pedestrians pass through there every day. It’s insane! Undoubtedly, it is a wonderful and lively place, and you still think it’s one of the best places in the world, but at the same time, you hate it. You hate it a lot. You can’t walk without bumping into someone every two steps, and the people you usually find there don’t keep up with the city’s pace. Without a doubt, when you live here, you try to avoid passing through there at all costs.
On the other hand, everyone has a place or point of escape from that madness… Some escape to parks seeking silence, while others hide in corners of the city.
Of course I have my favourite place.
But that’s another story…